No confíes en quien moldea con alquimia las palabras
y sabe cómo no mentirte manipulando la verdad,
en el que brinda a la salud del amor con copas de papel,
en quien quema catedrales de moral y asalta a cuchillo
los palacios de la dulce y eterna pareja ideal.
No confíes en quien quiere raptarte de tu torre de princesa,
en el que anhela horas secretas de pabellones incendiados,
huí de las galimatías del poeta abandonado,
no confíes en este escritor de besos de vapor.
No confíes, porque tampoco quiero confiar en vos,
que la confianza sólo nos sirva
para respirar al filo de las sábanas
entre la niebla de la habitación.
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