En este reality de veinticuatro horas,
actuando la vida sin cámaras,
nos bastaba las pausas del sol,
para que las máscaras cayeran
junto a la ropa de nuestros papeles
en el piso de la habitación.
En este drama clase B,
desangrábamos compromisos
y fabricábamos reuniones,
para mentirnos desnudos,
imaginando futuros
que sólo duraban
el largo de un cigarrillo,
el chasquido de las lenguas,
el viaje de un ascensor.
Hola Estuve visitando tu blog y me parece muy interesante, permíteme felicitarte. Sería para mi muy agradable contar con tu blog en mis 2 directorios y estoy completamente convencido que para mis visitas que no son pocas será de mucho interés. Si lo deseas no dudes en escribirme muchos Éxitos con tu blog.
ResponderEliminarUn saludo
Franck Michel