Me mentiste para triunfar
con párpados de estrellas,
jugadora peligrosa y letal,
nacida para ganar pleitos y partidas;
desnuda llevás escondidos
cinco ases furtivos.
Cuando quieras,
te espero para otra partida,
donde no haya razones
y sólo apostemos
jazmines, deseos y lunas.
Sólo necesitamos
el paño de la cama deshecha,
un par de cartas y mentiras,
deudas y caricias,
para empezar a jugar.
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